domingo, 13 de marzo de 2016

El holocausto español

Raro será encontrar un español sin heridas profundas derivadas de la Guerra Civil. Mi propio padre tuvo que emigrar desde Málaga a Barcelona al no encontrar trabajo. La razón era que creían que mi abuelo era "rojo". El padre de mi suegro, profesor, consiguió una plaza en Asturias y dejó su Bajadoz natal. Pero una vez llegaron los rebeldes fueron a buscarlo a casa y nunca más se supo de él.
Puede parecer mentira, pero un gran porcentaje de la generación del baby boom no consideran que los 40 años del franquismo fuera una dictadura como tal. Es más, los propios perjudicados muchas veces afirman que "con Franco se vivía mejor". Yo diría que, como nos dice Paul Preston en "El holocausto español", la máquina propagandística y el lavado de cerebro impregnaron a toda una sociedad, haciendo creer un cosa bien diferente a la realidad.
A pesar de ser un libro quizá excesivamente detallista, el autor parece abordarlo indignado por la sorprendente falta de autocrítica que existe en nuestro país. Se inicia en los conflictos iniciados con la proclamación de la II República, pasando por las huelgas del 1934-36, para finalmente abordar con todo lujo de detalles el conflicto armado. Uno no puede permanecer impasible ante las luchas de carlistas-falangistas-Guardia Civil-africanistas contra socialistas-comunistas-campesinos-anarquistas-sindicalistas. En una historia muchas veces repetida, una izquierda mayoritaria pero fraccionada cede ante el empuje de una derecha unida. España no estaba aún preparada para un estado laico y quizá fuera demasiado ingenuo creer que se podía eliminar desde el estado tanto a la iglesia como el poder de los terratenientes, creando un estado más equitativo y sin las diferencias de clase que existían en aquella época.
Se narran ampliamente los episodios de represión a los simpatizantes de los rebeldes una vez el golpe de estado ha fracasado en la mayoría de capitales, incluyendo los infaustos sucesos de Paracuellos, pero el libro se centra más en la historia olvidada, en la represión extrema vivida en los territorios ocupados. Una vez el ejército de africanistas conquistaba una ciudad, disponían de unas horas para campar a sus anchas por ella, violando, saqueando y matando a todo aquel que quisieran. Poco después, llegaba el destacamento oficial, que iniciaba la política de represión por la cual, y dependiendo del grado de resistencia que hubieran mostrado, todo aquel relacionado con la izquierda era eliminado. Franco no tenía prisa, era más importante arrasar allá donde llegaran, crear el miedo colectivo, y eliminar cualquier enemigo potencial de cara al futuro. El número total de muertos ascendió aproximadamente a 200.000, el 75% de ellos provocados por los rebeldes. Una vez finalizada la guerra, los juicios sumariales y las ejecuciones siguieron hasta bien entrados los 60.
Para ver los efectos que aun existen en la mentalidad de los españoles, solo hace falta comparar las dos reseñas realizadas en 2011, al ser publicado el libro. La primera, excelente, de El País, publicada en marzo del 2011, ahonda en las injusticias y la crueldad cometidas por los rebeldes, sin obviar los errores de la izquierda. Pero la que más sorprende, es la publicada por ABC, periódico monárquico mencionado varias veces en el texto del libro, en abril del 2011, donde, sin entrar en ningún tipo de detalle y con una foto de Paracuellos, se afirma que "las dos represiones fueron muy diferentes, pero ambas provocaron la muerte de decenas de miles de personas". Mejor me quedo con un par de titulares del mismo periódico durante la contienda: "Ayer entraron en Oviedo victoriosas las columnas nacionales tras hacer una verdadera carnicería a los mineros rojos que la asediaban"; "Las tropas salvadoras hicieron en Lora ejemplar justicia".



El País: http://elpais.com/diario/2011/03/27/eps/1301210816_850215.html
ABC: http://www.abc.es/20110215/archivo/abci-represion-franquista-republicana-holocausto-201102151451.html

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